Sin embargo, me parece recomendable la lectura de este editorial porque el autor se mueve con solvencia en el tema (es investigador y Vicerrector de la Universidad Nacional de Mar del Plata), pero además brinda un panorama regional latinoamericano y una comparación entre las respuestas del sistema público y privado, que me parece interesante. También porque me hizo cuestionarme, sobre todo como docente, cuando dice que, pese al gran esfuerzo realizado, “…la virtualidad no implicó, en la mayoría de los casos, un cambio de paradigma entre clases donde se vuelcan contenidos a aquellas donde se entrenan habilidades… [y que el cambio sea] difícilmente alcanzable en esta modalidad sin barajar y dar de nuevo, sin una revisión crítica y creación de modos alternativos, no repetitivos, a los desvitalizados caminos inertes de los procesos pedagógicos” (el énfasis es mío).