El distanciamiento social impuesto por el coronavirus nos llevó a modificar la forma de trabajo; el teletrabajo o trabajo a distancia se convirtió en cotidiano, siendo de alguna manera más flexible, autónomo y adaptado a las necesidades individuales del empleado, y si bien es cierto tratamos de mantener en marcha los procesos administrativos que requerían de prontas soluciones, en algún punto la vuelta a la presencialidad se sentía una necesidad, ya que el contacto con nuestros compañeros, docentes y alumnos siempre será enriquecedor. El retorno al trabajo presencial representa, además, numerosos desafíos emocionales y psicológicos que como trabajadores Nodocentes tendremos que afrontar en los próximos meses, y que nos exigirá una permanente capacidad de aprendizaje. Seguramente deberemos aprender a identificar y evaluar riesgos, se deberá gestionar la salud y seguridad en el ámbito laboral mediante protocolos y medidas que protejan a cada uno de los miembros de la comunidad.
Lo vivido durante esta pandemia debemos verlo como un proceso de adaptación a lo desconocido y de búsqueda de soluciones que nos permitan crecer, aprender y tomar lo positivo de toda esta situación.
Esta vuelta será diferente, distinta a otras vueltas, algunos estaremos físicamente otros desde la virtualidad harán sus aportes y tareas, pero todos unidos y convencidos que siempre es posible salir adelante y trabajar en equipo para una sociedad mejor, aportando nuestro granito de arena desde el lugar que nos toca, para que así sea.