La biología y la entomología me dieron la oportunidad de conocer muchos lugares de este bello planeta. Pero, uno de los más grandes honores fue ganar la beca del JICA para una capacitación en “Manejo Integrado de Plagas” en Japón. Esta oportunidad es única en un millón, porque no solo recibí una excelente capacitación, también pude aprender de una cultura extremadamente fascinante. La calidad humana, el respeto, su idioma, paisajes únicos y una historia impresionante me hicieron viajar del pasado al futuro. Sentí una conexión única con este país que me abrió sus brazos para poder capacitarme. Historia, arte, ciencia me permitieron recorrer las Isla mayor (Kobe, Tsukuba, Tokio, Kioto, Nara, Hyogo, Osaka e Hiroshima) y conocer Okinawa con sus matices muy particulares que la hacen única. Este viaje fue un antes y un después en mi vida, no solo en lo científico, si no en lo humano. Japón me regalo cultura y conocimiento, también amigos con los cuales seguimos conectados y compartiendo experiencias científicas en mi temática.