Nuestra Maestría desde su creación fue presencial, pero en 2020 debimos abrazar la virtualidad como recurso para seguir funcionando. Incorporamos y nos adaptamos a esta nueva realidad académica trabajando en modalidad remota y sincrónica. Una de las ventajas detectadas en esta nueva dinámica fue la buena recepción por parte de nuestros maestrandxs al reducirse los costos de traslado a Tucumán por parte de lxs alumnxs de otras provincias para asistir presencialmente. Otro aspecto positivo fue la concurrencia a los cursos por parte de graduados de otras latitudes, que no están inscriptos en la Maestría y que, de ser presencial, no habrían podido asistir.
Sin embargo no podemos dejar de dimensionar aspectos negativos inherentes a la praxis museológica propia de nuestro campo disciplinar, por lo que la falta de contacto y presencialidad en las salas de los museos como así también la imposibilidad de entrar en contacto con el instrumental específico del trabajo museológico, fue una falta difícil de suplir. Por último, los problemas de conectividad por parte de los asistentes fueron y son frecuentes.
Existen dificultades pero seguramente cada docente pudo y podrá reinventarse para poder replantear sus dictados de acuerdo a esta situación de excepcionalidad pandémica. Creemos que de toda circunstancia se extraen enseñanzas y se capitalizan experiencias.
Durante este primer cuatrimestre el dictado de nuestra Maestría mantuvo la virtualidad, no podemos saber qué ocurrirá en el segundo cuatrimestre.