La transferencia de conocimiento, formación de recursos humanos, y extensión al medio son asimismo prioritarios.
El proceso de creación del Instituto (que funcionaba en Miguel Lillo 205) comenzó hace más de 15 años, cuando se inició en un acercamiento desde la sistemática (taxonomía de varios órdenes de insectos, ácaros y moluscos que habitan el fondo de los ríos, principalmente así como sus áreas marginales y distintas ecorregiones terrestres) hacia la ecología.
“Nos volcamos al estudio de la estructura y distribución de comunidades tanto acuáticas como terrestres. Los temas de interés se volvieron múltiples, a medida que se incorporaban nuevos integrantes”, detalló Eduardo Domínguez director del Instituto. Añadió que: “La formación de recursos humanos, nuevos taxónomos en distintos grupos así como ecólogos especializados en distintos campos de la riqueza y diversidad, fue ampliando la capacidad del equipo de trabajo y esto nos permitió abordar otras temáticas así como fortificar el conocimiento taxonómico de los grupos estudiados”.