En su libro, "La Universidad y la vida" (1921), Terán explicaba que "la inauguración de la Universidad de Tucumán, como de toda fundación intelectual es el punto de partida de una evolución indefinida, pero es también la forma final de un proceso."
"No es, pues, la Universidad de Tucumán una improvisación lisonjera ni una ambición presuntuosa. Es una fórmula de progreso natural, una precipitación de elementos vivos y de necesidades ciertas", agregaba Terán.
El ilustre fundador prefiguraba a la Universidad como "un instrumento de equilibrio político, porque está destinada a labrarlo sólidamente, proporcionando los medios más fértiles y eficaces para armonizar los intereses económicos de la Nación".
Asimismo, Terán describió la importancia del norte argentino y destacó a Tucumán como centro de una extensa zona poblada con la cuarta parte de la población aproximadamente.
El 4 de abril de 1921, con la promulgación de la Ley 11.027, será nacionalizada, dando inicio a una nueva época en donde la docencia y la investigación serán sus objetivos centrales.
El maestro pensador, educador e historiador, señalará el lema que persiste hasta la fecha: "Pedes in terra, ad sidera visus -digamos como divisa de blasón de la nueva Universidad- los pies dentro de la tierra, la mirada hacia las estrellas (...) Nace con esa fe la Universidad de Tucumán; es hija de su siglo y viene a servir la misión de su siglo", analizó.
A lo largo de la historia, la Universidad Nacional de Tucumán logró trascender los límites de la geografía tucumana. Es más, no existe lugar en el mundo donde la UNT no haya llegado de la mejor manera en que puede hacerlo: a través de la docencia, del conocimiento, la investigación y la extensión.
Fuente: UNT Noticias